Las mujeres de esta ciudad [Montevideo] son las más pulidas de todas las americanas españolas, y comparables a las sevillanas, pues aunque no tienen tanto chiste, pronuncian el castellano con más pureza. He visto sarao al que asistieron ochenta, vestidas a la moda, diestras en la danza francesa y española, y sin en embargo de que su vestido no es comparable en lo costoso al de Lima y demás del Perú, es muy agradable por su compostura y aliño. (…) Ellas cortan, cosen y aderezan sus batas y andrieles con perfección, porque son ingeniosas y delicadas costureras. (Calixto Bustamante Carlos Inca (Concoloncorvo): Lazarillo de los Ciegos Caminantes)
Desde la Antigüedad, la literatura confrontaba la vida citadina con la campesina, para demostrar la superioridad de la segunda sobre la primera, comenzando por la moralidad y salud. El padre Benito Jerónimo Feijoo retoma el tópico a mediados del siglo XVIII, al comparar la vida en la corte española con la vida en una aldea, pero no puede ignorar que la cultura de los centros periféricos dejaba mucho que desear. No era ningún secreto que los conocimientos y las comodidades de la vida cotidiana, no estaban equitativamente distribuidos por todo el territorio. Las metrópolis coloniales acaparaban lo mejor del sistema y la periferia se quedaba con el resto, no necesariamente aquello que se correspondía a sus expectativas. Read the rest of this entry »