Exilios y la Independencia americana (II): Internos y externos

March 10, 2017

Gil de Castro: José de San Martín

José de San Martín, militar de carrera, decide, después de haber culminado la independencia de tres nuevas naciones americanas, regresar a Europa, al exilio autoimpuesto de Francia, donde permanece hasta su muerte, un cuarto de siglo más tarde. Si en algún momento había pensado retirarse a una chacra en Mendoza (que le fue otorgada como premio a su conducta militar), la animadversión del Presidente Rivadavia y los enfrentamientos internos de los caudillos provinciales anunciaba tiempos agitados en los que su vida y la de su familia estaban en riesgo.

Confinado en mi hacienda en Mendoza, y sin más relaciones que con algunos vecinos que venían a visitarme, nada de esto bastó para tranquilizar a la desconfiada administración de Buenos Aires; ella me cercó de espías, mi correspondencia era abierta con grosería, los papeles ministeriales hablaban de un plan para formar un gobierno militar bajo la dirección de un soldado afortunado, etc. etc. etc. En fin, yo vi claramente que era imposible vivir tranquilio en mi Patria, hasta que la exaltación de las pasiones no se calmase, y esta incertidumbre fue la que me decidió a pasar a Europa. (José de San Martín)

Read the rest of this entry »


Exilios y la Independencia americana (I): Decretados y autoimpuestos

March 10, 2017

El destierro no es un castigo, sino un puerto de refugio contra el castigo. (Cicerón)

Manuel Ángel Puchi Fonseca: Bolívar enfermo

En el mundo antiguo, la condena al destierro era una pena casi tan temida como la muerte. Cuando se desterraba a alguien a quien se consideraba un peligro para la sociedad, la ausencia no solía extenderse más de una década. En la Historia de las naciones del Nuevo Mundo, impresiona reaparece el tema del exilio (forzado o voluntario) de aquellos que hoy son reconocidos como próceres, pero despertaron la opinión desfavorable de sus contemporáneos, tras su actuación en la guerra de la Independencia. Hombres que condujeron ejércitos y fundaron instituciones, fueron vistos en algún momento como un estorbo, primero por quienes eran sus adversarios durante la contienda, y luego también por aquellos entre sus aliados que habían decidido reemplazarlos en la inmediata posguerra.

Los patriotas chilenos, entre los cuales varios religiosos incluidos en una lista elaborada por el Obispo José Santiago Rodríguez, tras haber sido derrotados en 1814 en la batalla de Cancha Rayada por el ejército realista, fueron relegados al archipiélago de Juan Fernández, donde permanecieron más de dos años. Desde el siglo XVIII, las autoridades españolas habían aprovechado ese remoto territorio para castigar a los rebeldes. Durante las noches, se los encerraba en cavernas excavadas en un cerro. Esta es una imagen clásica del exilio: se trata de aislar al condenado de la comunidad sobre la cual ejercía su influencia, confiando que sirviera de escarmiento a quienes se sintieran tentados de imitarlo. Read the rest of this entry »